Días pasados escuché en el programa radial "El desconcierto del domingo", que conduce Quique Pesoa, donde hablaba de la fama y el éxito.
No es lo mismo ser famoso que exitoso. La fama es un caramelo en la boca. Mientras dura es ríquisimo, pero cuando se acaba sólo nos deja un sabor dulce en la boca.Por esa poca duración prefiero el éxito. De que me sirve, como artesano, ser famoso por un lapso y después diluirme en el fondo de los tiempos. Hay un tango, "Mi vieja viola", que dice: "la fama es puro cuento" y creo que es así nomas. En cambio el éxito perdura con el correr de los años. Eso pretendo para mis artesanías enteladas, que sean exitosas, pero no famosas. Este blog ha crecido desde la primavera de 2007, cuando lo comencé. Poco a poco se fue dando a conocer. Hoy por hoy es un sitio con un buen número de visitas diarias, pese a ser un lugar dedicado a las artesanías. Tiene cierto grado de éxito. Mi sorpresa fue saber que, por lo menos, dos personas de ámbitos diferentes, habían seguido mis trabajos artesanales, a lo largo de un año. Además esas dos personas viven en países diferentes. El mejor elogio que puedo recibir es por parte de personas dedicadas a las artes manuales. Valoro mucho ese respeto de colegas. Eso es éxito y no fama. El éxito es cuando las personas se asombran ante mis artesanías enteladas. He logrado el objetivo, producir alguna reacción en el público. Cuando hablo de público involucro a amigos, familiares y clientes. Trato de hacer mi trabajo bien día a día para tener un éxito a futuro. No es rápido el camino, ni las devoluciones, pero cuando aparecen son demoledoras. La fama es fácil de conseguir, pero muy difícil de mantener. El éxito es trabajoso de lograr, pero una vez obtenido perdura en el tiempo, siempre y cuando hagamos las cosas bien. El éxito es cuando una pieza entelada queda redonda. Tanto en diseño, como en el entelado y en el armado. No todas las piezas gozan de ese éxito. El buzón alcancía, llamado Buzonela, es la pieza más exitosa, como he dicho en infinidad de veces. Resume a la perfección el concepto "éxito". Ha perdurado en el tiempo, desde 2003, y quien sabe cuanto más durará. Pensar que todo esto fue generado por un programa de radio, que escuchaba mientras trabajaba con mis artesanías enteladas. Creo ser exitoso, pero no famoso, espero poder mantenerlo en el tiempo. Mauricio Uldane artesano entelador
1 Comentario
¿Porqué hay personas que demuestran un entusiasmo manifiesto por mis artesanías y de un momento a otro desaparecen? Estas personas se comunican conmigo, vía mail, manifestando un fervoroso interés de compra por mis piezas enteladas. Incluso se deshacen en elogios, los cuales siempre son bien recibidos, alimentan el ego y las ganas de seguir haciendo artesanías enteladas.
Les respondo el mail, agradeciendo los elogios y contándoles cuando cuesta, la pieza elogiada, y los gastos por el envío. La comunicación se trunca y no vuelvo a tener noticias de estas personas. Lo notorio es que en los últimos tiempos esto ha sucedido con frecuencia. No sé a que se debe. Si es por ansiedad compulsiva, por un impulso de lo veo lo quiero o por falta de presupuesto para la compra. Quiero pensar en estas posibilidades y no en otras, como enfermedades o muertes. También he pensado que se les descompusieron sus computadoras, pero luego de un tiempo esta hipótesis se cae. Entiendo que cada uno tiene un monto de dinero para moverse durante el mes. Lo que no comprendo es porque creen que lo que quieren, con tanto entusiasmo, es barato o cuesta muy poco dinero. Trato de no cobrar caro mi trabajo, de hecho muchos me dicen que es poco el dinero que pido por mis piezas enteladas. Algunas personas piensan que son caras, pese a todo. Pero tienen idea el tiempo que demanda armar, por ejemplo, un buzón alcancía: una semana. También les podría decir que una caja con cierre lleva de tres a cuatro días, de trabajo, lo mismo que un calendario perpetuo. Un aparador de té lleva cinco días de armado, entelado y pintado, si fuera el caso. Como ven con estos ejemplos, al azar, es que las piezas demandan varios días, por lo tanto no pueden costar lo mismo que una artesanía vendida del sudoeste asiático. Trabajo solo, no tengo ayudantes, ni equipo de trabajo. Desde el inicio del armado de la pieza hasta el final del entelado y acabado sólo participo yo. Es un trabajo totalmente individualista. Ojalá tuviera personas que me ayudaran con parte de la tarea, pero no es así. Tampoco, hoy por hoy, puedo pagarle sueldo alguno. En definitiva, y para concluir con el tema, mi pregunta es: ¿porqué no responden mi mail? Sólo por cortesía, buena educación o respeto a mi trabajo. Nada cuesta escribir dos líneas diciendo que por ahora no pueden comprara o adquirir mis artesanías enteladas. Si tenemos respeto por el otro, el otro nos respetará mucho más. Mauricio Uldane artesano entelado El título es explícito al respecto, no deja lugar a dudas sobre lo que siento por mi oficio de artesano entelador.
No niego que comenzó como un hobby o mejor expresado como la necesidad compulsiva de pintar en tela. No en forma artística, sino más bien de forma artesanal. Más tarde apareció la otra compulsión, la de entelar. Me tomo el trabajo de escribir estas líneas con el fin de aclarar, y aclararme el concepto central de mi tarea de artesano. Suelo ver en las caras y en los dichos de algunas personas, conocidos y amigos, o hasta extraños, que mis artesanías enteladas son un pasatiempo nada más. Por supuesto que lo son, sino no las haría. El primero que se divierte y goza con mi trabajo soy yo. Digo trabajo para que me entiendan a que me refiero, pero para mí no es un trabajo es una forma de vida. Que en definitiva no es más que un hermoso juego. Si realmente fuese un trabajo lo haría de lunes a viernes y descansaría los fines de semana. No me molesta en nada pasarme sábados y domingos haciendo mis artesanías. Me causa placer. Este concepto, poco, muy pocos lo entienden. Si les digo que el trabajo es una condena impuesta por este sistema capitalista, que nos gobierna, enseguida me tildarán de anarquista. Pero creo profundamente que si cada uno de los habitantes de este mundo hicieran lo que les gusta realizar, no habría trabajo en el mundo. Hablaríamos de ocupaciones, talentos o capacidades pero no de trabajo. Me cuesta mucho tratar de vivir dignamente de lo que hago, pero me gusta hacerlo e incluso me hace bien. Por lo que logro en lo profesional y por las sensaciones que producen mis piezas enteladas en los otros. Más allá de obtener una venta, cuando alguien alaba mis artesanías enteladas, desde un punto de vista profesional, por ejemplo un colega, mi objetivo está cumplido. La pieza, el objeto, logró su cometido de impresionar, emocionar o sorprender a esa persona. Todo el tiempo trabajo con emociones y sensaciones, a veces la pego otras no logro el cometido. El emblema de los que les escribo en estas líneas es la reacción del público, sin edades, ni sexo, con los buzones alcancías. Nadie queda indiferente son muchas las sensaciones, emociones y recuerdos que los asaltan, a los que ven mis buzones alcancías. Creo que este ejemplo es el mejor representante para explicar, porque me gusta hacer lo que hago y lo disfruto sin que sea una carga. Mauricio Uldane artesano entelador La gota que rebalsó el vaso fue una consulta por un buzón de 30 centímetrosde diámetro. Me tomé el trabajo de averiguar por los materiales para hacerlo, e incluso molesté a terceras personas para conseguir el caño, que necesitaba para armar el buzón mencionado.
Le informé todo esto al supuesto cliente y me contestó que lo quería para su casamiento, el 20 de marzo. Cuando le mandé, otro mail, con el precio, tiempo de trabajo y demás, nunca tuve respuesta. Nuevamente le envié un correo donde le decía que me ratificara, para poder seguir con la búsqueda de materiales y el armado, la respuesta que obtuve fue: silencio de radio. Nunca hubo respuesta de su parte. No es la primera vez que me pasa y seguramente no será la última. Lo que me molesta, y mucho, es la falta de respeto por mi tiempo. Ahora estoy con mucho tiempo libre, por mi descanso médico, y tal vez por eso lo he revalorizado mucho. No pido gran cosa, sólo quiero que respeten mi tiempo como artesano. Si me tomo el trabajo de contestar y evacuar dudas, quiero que respondan, por sí o por no. Aunque los argentinos tenemos un problema grave: no sabemos decir “no”. La falta de respeto por mi tiempo me ha pasado con particulares, con revendedores y con empresas. Como se ve no es una falencia de un tipo de persona en particular. En general ha ocurrido con pedidos por piezas a medida. No sé que no les gusta, si el precio o el tiempo de demora en el armado. Al no tener respuesta no puedo conocer el problema. Por eso a partir de ahora cuando alguien consulte por piezas a medida, mi respuesta será que sin confirmación, de parte del futuro cliente, y sin el pago adelantado del 50% del valor de la pieza: no hay trabajo posible. Tal vez siendo más rígido y exigente tenga la atención de estas personas, que no respetan el tiempo y el trabajo de los demás. Mauricio Uldane artesano entelador El último domingo, estando en el 4° Encuentro Anual del Club Clásicos San Miguel, se acercó, a mi mesa de camping, Luis dueño de un Ford Falcon.
Con Luis nos cruzamos el domingo 15 de noviembre en el 1° Encuentro Anual de la agrupación Locos x los fierros de José C. Paz en el conurbano bonaerense. Donde no había exhibido mis artesanías enteladas. A Luis le llamaron la atención mis cajas enteladas y baúles entelados. Resulta que él también arma cajas en forma semi artesanal. En realidad vive de armar muebles. Lo de las cajas es como un hobby que le deja ganancias exiguas. Empezamos a hablar y nos dimos cuenta que compartíamos penurias en cuanto a la comercialización de nuestras piezas. Que los comercios pretenden que les dejes las cajas a consignación o que quieran ganar un 250% por el precio de costo de la pieza. Por un lado me sentía acompañado en mis desgracias en la comercialización, pero por otro lado me da pena la falta de respeto por el trabajo ajeno. Sobretodo por el trabajo manual y artesanal. Parecería que este tipo de actividad no tiene un valor relevante. Estuvimos hablando más de una hora. Además me mostró algunas de los gabinetes que hace, en fibrofácil (MDF), para bafles de autos. Los hacen con espesores gruesos y luego los forra en alfombra. Les hace una terminación muy buena. Y le cuesta venderlos tal como me pasa a mí. En este país parece que cuando realizas un trabajo artesanal con calidad no tiene valor, porque lo hiciste con tus manos. Da un poco de bronca. Pero, como le decía a Luis, no todo está perdido. Hay un público en Argentina que valora y respeta el trabajo artesanal de calidad. Puede que no tenga el dinero para comprarlo, pero lo respeta y admira. No así en los comercios donde lo consideran como una mercadería de inferior valor. Por eso desistí de vender en comercios. Cada tanto recibo de algún comerciante un mail solicitándome una lista de precios y un catálogo de mi mercadería. Empezamos mal, porque se dirigen a mí como si fuera una empresa. Hago la aclaración pertinente y les mando los datos que me piden. ¡Ah! También les aclaro que no trabajo a consignación. Por supuesto, no hay respuesta. Estoy harto de las personas que montan un local a la calle y lo arman con el trabajo ajeno sin poner un peso en mercadería o con una inversión mínima. Sé lo que cuesta montar un comercio y lo que significa mantenerlo. Esas son razones suficientes para que no emprenda la tarea. A esta gente, de alguna manera hay que llamarla, les pido un poco de respeto por el trabajo artesanal. Hay un público que sí brinda esa valoración por lo artesanal, esos son mis clientes. Mauricio Uldane artesano entelador La frase la habrán escuchado en boca de actrices y actores de toda índole. Pero ¿hago lo que quiere el público? O ¿hago lo que me respeta como artesano? Antes que nada me debo respeto a mí como persona y artesano.
Si no me respeto como artesano difícilmente logre hacer algo de valor artístico. No siempre el público pide algo que se adecue a mi trabajo como artesano. Varias veces he rechazado trabajos porque no respetaban mi labor. Otros porque escapaban a mis conocimientos. Pero algo es real y grande como una casa: si no me da placer hacerlo algo anda mal. El primero al que debe gustarle la pieza artesanal soy yo. A esta altura tengo que aclarar que hago lo que me gusta, sino no sirve. El trabajo hecho a desgano y sin pasión sale mal, muy mal. Lo peor que se nota. Por eso no siempre los trabajos más redituables son los mejores. A veces sí porque se conjugan todos los factores para que la pieza resulte excelente. Cuando esa conjunción se logra no hay barreras que, esa pieza artesanal, no pueda franquear. Acá hablamos de un producto genuino. No es un impostura. Puede que no sea perfecto, pero responde a la originalidad. Muchos se disfrazan de artesanos y artesanas, lo peor es que se nota y mucho. El respeto es el motor de toda la creación. Uno puede hasta en algún momento copiarse a sí mismo, pero poco porque mucho es caer en la repetición. Sin ese respeto no hay credibilidad en lo que uno hace. Malo o bueno es genuino. Por lo expuesto no me debo a mi público. En todo caso mi público, en el caso que existiera, le gusta lo que hago. Me lo hace saber de muchas formas y todas engordan mi ego. Mauricio Uldane artesano entelador Hace unos días estuvo de visita, en casa, mi amigo Luis Pérez. Él está admirado del trabajo que tiene la cabeza del buzón alcancía que hago.
Cuándo me preguntó cómo estaba armada la cabeza del buzón y le conté el proceso me dijo “¡qué trabajo!”. Si la verdad que es una tarea de cierta complejidad. Además que lleva su tiempo de armado. Es la parte más compleja de todo el buzón por la cantidad de piezas que lleva. Entonces mi amigo Luis me preguntó si no había una forma más simple de hacerla y le respondí que no. Porque debería hacerla totalmente en fibrofácil (MDF) y darle la forma a mano. Para hacer esto necesitaría un torno. El chiste es lograr lo mismo en forma manual. Además pesaría mucho más en la parte superior que en el cuerpo y la base. La cabeza del buzón tiene una parte de fibrofácil (MDF), como base, donde va a apoyar la otra parte hecha en cartón, sogas e hilos. La dureza se la doy con la masilla de carpintero. Por eso les digo que el proceso es largo y de cierta complejidad. Después de seis años y medio de armar buzones alcancías he logrado un estándar de trabajo. Una especie de trabajo seriado sin tener que usar un proceso industrial. Por eso hoy tengo armados 143 buzones desde el año 2003. La idea motriz de mi trabajo es hacer una pieza artesanal de uso cotidiano, pero con calidad y buena terminación. Los buzones alcancías tienen dos manos de acrílico y una de barniz acrílico. En definitiva es una pieza que soportará el manoseo diario. Siempre les digo que los buzones alcancías me han dado, me dan y me darán muchas alegrías y satisfacciones. Mauricio Uldane artesano entelador El sábado pasado cuando asistí al programa de radio “Familia Pesoa”, que se emite desde el Paseo La Plaza, su conductor Quique Pesoa dijo algo acerca de algunos cantantes de tango que me emparentó, en algún sentido.
Pesoa dijo: “que algunos cantantes de tango no muestran todo lo que pueden dar con la voz”. Si no que enseñan un “cuartito” de su capacidad vocal. Como para dejar tranquilos a los escuchas. En cierta forma me pasa lo mismo. No pongo toda la carne al asador, como decimos por estos lares. Con mostrar una puntita de lo que sé hacer alcanza. El resto está latente en alguna parte, tal vez esperando la oportunidad máxima para expresarse. No por mezquindad sino para no molestar al público. De nada sirve que les muestre una artesanía recargada, barroca. Lo simple es más difícil. Es más complejo insinuar que enseñar todo. De eso el erotismo sabe mucho. Puedo hacer una artesanía compleja y rebuscada, pero no siempre me gusta trabajar de ese modo. La sencillez suele ser mucho más sublime. Muchas veces me preguntan si puedo armar una pieza compleja y les digo que sí, que tengo la capacidad de hacerla. Ahora la pregunta es: ¿la van a pagar por lo que vale? Ideas tengo muchas pero no siempre son viables desde el punto de vista económico. De ahí mi vocación por construir artesanías enteladas simples de uso diario, que además tenga un buen diseño y calidad de terminación. Algún día, quizás, muestre todo mi potencial y después ¿qué? Mauricio Uldane artesano entelador El juego es una parte importante de mi vida. Sin juego y sin humor la vida diaria sería muy miserable. Con humor superé un pólipo de 3 centímetros de diámetro en mi intestino grueso. Desde el primer momento supe que era maligno. Enfrenté la situación con humor y salí del paso. Nada está dicho en forma definitiva, pero el humor está ahí. Tan presente estaba que lo llamé Polito. Hace unos días en el programa de radio “El desconcierto del domingo” de Quique Pesoa se habló del tema de la pasión. En realidad de la falta de pasión que tenemos los argentinos y así nos va. |
Mauricio UldaneSoy un artesano entelador que vive en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, República Argentina. Me dedico a confeccionar diferentes piezas que van desde un buzón alcancía hasta cajas todo entelado por dentro y por fuera. Con diseños propios y originales. Mis piezas enteladas son numeradas y fechadas. Archivos
Noviembre 2018
Categorías
Todo
|