¿Porqué hay personas que demuestran un entusiasmo manifiesto por mis artesanías y de un momento a otro desaparecen? Estas personas se comunican conmigo, vía mail, manifestando un fervoroso interés de compra por mis piezas enteladas. Incluso se deshacen en elogios, los cuales siempre son bien recibidos, alimentan el ego y las ganas de seguir haciendo artesanías enteladas.
Les respondo el mail, agradeciendo los elogios y contándoles cuando cuesta, la pieza elogiada, y los gastos por el envío. La comunicación se trunca y no vuelvo a tener noticias de estas personas. Lo notorio es que en los últimos tiempos esto ha sucedido con frecuencia. No sé a que se debe. Si es por ansiedad compulsiva, por un impulso de lo veo lo quiero o por falta de presupuesto para la compra. Quiero pensar en estas posibilidades y no en otras, como enfermedades o muertes. También he pensado que se les descompusieron sus computadoras, pero luego de un tiempo esta hipótesis se cae. Entiendo que cada uno tiene un monto de dinero para moverse durante el mes. Lo que no comprendo es porque creen que lo que quieren, con tanto entusiasmo, es barato o cuesta muy poco dinero. Trato de no cobrar caro mi trabajo, de hecho muchos me dicen que es poco el dinero que pido por mis piezas enteladas. Algunas personas piensan que son caras, pese a todo. Pero tienen idea el tiempo que demanda armar, por ejemplo, un buzón alcancía: una semana. También les podría decir que una caja con cierre lleva de tres a cuatro días, de trabajo, lo mismo que un calendario perpetuo. Un aparador de té lleva cinco días de armado, entelado y pintado, si fuera el caso. Como ven con estos ejemplos, al azar, es que las piezas demandan varios días, por lo tanto no pueden costar lo mismo que una artesanía vendida del sudoeste asiático. Trabajo solo, no tengo ayudantes, ni equipo de trabajo. Desde el inicio del armado de la pieza hasta el final del entelado y acabado sólo participo yo. Es un trabajo totalmente individualista. Ojalá tuviera personas que me ayudaran con parte de la tarea, pero no es así. Tampoco, hoy por hoy, puedo pagarle sueldo alguno. En definitiva, y para concluir con el tema, mi pregunta es: ¿porqué no responden mi mail? Sólo por cortesía, buena educación o respeto a mi trabajo. Nada cuesta escribir dos líneas diciendo que por ahora no pueden comprara o adquirir mis artesanías enteladas. Si tenemos respeto por el otro, el otro nos respetará mucho más. Mauricio Uldane artesano entelado
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El último domingo, estando en el 4° Encuentro Anual del Club Clásicos San Miguel, se acercó, a mi mesa de camping, Luis dueño de un Ford Falcon.
Con Luis nos cruzamos el domingo 15 de noviembre en el 1° Encuentro Anual de la agrupación Locos x los fierros de José C. Paz en el conurbano bonaerense. Donde no había exhibido mis artesanías enteladas. A Luis le llamaron la atención mis cajas enteladas y baúles entelados. Resulta que él también arma cajas en forma semi artesanal. En realidad vive de armar muebles. Lo de las cajas es como un hobby que le deja ganancias exiguas. Empezamos a hablar y nos dimos cuenta que compartíamos penurias en cuanto a la comercialización de nuestras piezas. Que los comercios pretenden que les dejes las cajas a consignación o que quieran ganar un 250% por el precio de costo de la pieza. Por un lado me sentía acompañado en mis desgracias en la comercialización, pero por otro lado me da pena la falta de respeto por el trabajo ajeno. Sobretodo por el trabajo manual y artesanal. Parecería que este tipo de actividad no tiene un valor relevante. Estuvimos hablando más de una hora. Además me mostró algunas de los gabinetes que hace, en fibrofácil (MDF), para bafles de autos. Los hacen con espesores gruesos y luego los forra en alfombra. Les hace una terminación muy buena. Y le cuesta venderlos tal como me pasa a mí. En este país parece que cuando realizas un trabajo artesanal con calidad no tiene valor, porque lo hiciste con tus manos. Da un poco de bronca. Pero, como le decía a Luis, no todo está perdido. Hay un público en Argentina que valora y respeta el trabajo artesanal de calidad. Puede que no tenga el dinero para comprarlo, pero lo respeta y admira. No así en los comercios donde lo consideran como una mercadería de inferior valor. Por eso desistí de vender en comercios. Cada tanto recibo de algún comerciante un mail solicitándome una lista de precios y un catálogo de mi mercadería. Empezamos mal, porque se dirigen a mí como si fuera una empresa. Hago la aclaración pertinente y les mando los datos que me piden. ¡Ah! También les aclaro que no trabajo a consignación. Por supuesto, no hay respuesta. Estoy harto de las personas que montan un local a la calle y lo arman con el trabajo ajeno sin poner un peso en mercadería o con una inversión mínima. Sé lo que cuesta montar un comercio y lo que significa mantenerlo. Esas son razones suficientes para que no emprenda la tarea. A esta gente, de alguna manera hay que llamarla, les pido un poco de respeto por el trabajo artesanal. Hay un público que sí brinda esa valoración por lo artesanal, esos son mis clientes. Mauricio Uldane artesano entelador La frase la habrán escuchado en boca de actrices y actores de toda índole. Pero ¿hago lo que quiere el público? O ¿hago lo que me respeta como artesano? Antes que nada me debo respeto a mí como persona y artesano.
Si no me respeto como artesano difícilmente logre hacer algo de valor artístico. No siempre el público pide algo que se adecue a mi trabajo como artesano. Varias veces he rechazado trabajos porque no respetaban mi labor. Otros porque escapaban a mis conocimientos. Pero algo es real y grande como una casa: si no me da placer hacerlo algo anda mal. El primero al que debe gustarle la pieza artesanal soy yo. A esta altura tengo que aclarar que hago lo que me gusta, sino no sirve. El trabajo hecho a desgano y sin pasión sale mal, muy mal. Lo peor que se nota. Por eso no siempre los trabajos más redituables son los mejores. A veces sí porque se conjugan todos los factores para que la pieza resulte excelente. Cuando esa conjunción se logra no hay barreras que, esa pieza artesanal, no pueda franquear. Acá hablamos de un producto genuino. No es un impostura. Puede que no sea perfecto, pero responde a la originalidad. Muchos se disfrazan de artesanos y artesanas, lo peor es que se nota y mucho. El respeto es el motor de toda la creación. Uno puede hasta en algún momento copiarse a sí mismo, pero poco porque mucho es caer en la repetición. Sin ese respeto no hay credibilidad en lo que uno hace. Malo o bueno es genuino. Por lo expuesto no me debo a mi público. En todo caso mi público, en el caso que existiera, le gusta lo que hago. Me lo hace saber de muchas formas y todas engordan mi ego. Mauricio Uldane artesano entelador |
Mauricio UldaneSoy un artesano entelador que vive en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, República Argentina. Me dedico a confeccionar diferentes piezas que van desde un buzón alcancía hasta cajas todo entelado por dentro y por fuera. Con diseños propios y originales. Mis piezas enteladas son numeradas y fechadas. Archivos
Noviembre 2018
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