Los calendarios perpetuos
La patrona de mi mamá de un veraneo que pasó en la provincia de Córdoba le trajo un calendario perpetuo. El fin era que yo copiara el modelo para hacer algo parecido. La pieza que trajo era bastante mala pero la idea era buena. Había visto esos calendarios en algunas casas del ramo pero nunca me habían interesado. Con la pieza en la mano decidí hacer un rediseño para adaptarla a mi trabajo de entelado. Para eso le cambié la disposición de los días, los meses y la fecha. Además el objetivo era darle una mejor terminación a la pieza. Por ejemplo que todos los agujeros de las maderitas coincidieran en el perno de madera. Lo que hice a mi gusto fue el diseño de las maderitas que tienen los números, los días y los meses. Al principio armé calendarios de mesa y de pared. Cada uno tenía un diseño diferente para lograr tener una línea que mantuviera el diseño armé una plantilla para reproducir el mismo calendario en el tiempo. Eso fue hace unos diez años, ahí comencé con los calendarios perpetuos de pared que bauticé Fechela. Los hice entelados en jean, piqué, algodón y arpillera. También los hice y hago pintados en acrílico. Antes los números y las letras de las maderitas los pintaba con pincel. Hoy los pinto usando un envase vacío de pintura bidimensional rellenado con pintura acrílica. Me sirve como lápiz y de paso el trazo tiene volumen con lo cual queda mucho mejor. Básicamente la Fechela es un pedazo de fibrofácil (MDF) y las molduras son medios tubos de cartón. Que en realidad son cilindros de cartón, cortados por la mitad, donde viene enrollado el papel térmico que se usa en los fax. Las maderitas de números, meses y días son también de fibrofácil (MDF). Años más tarde armé un calendario perpetuo de pared con un rollo de papel en la parte de abajo. Lo hice como regalo para mi amiga Mónica Savigliano. Además delante del rollo tenía una hoja de sierra júnior barnizada para poder cortar la tira de papel. Terminé de incorporarlo como otra pieza en el catálogo de mis artesanías enteladas. Así nacieron las Fechapelas. Armé solamente dos piezas de este modelo que no ha tenido éxito como calendario y anotador. Veremos que pasa este año que recién comienza. A mediados del 2009 el padre de mi amiga Inés Dzienczarski me encargó un calendario perpetuo de mesa. En realidad me pidió dos para llevar de regalo a la provincia de Tucumán en un viaje que tenía que realizar. Un nuevo nacimiento tuvo lugar: las Fechamelas. Que tienen dos patas, que son dos tubos de cartón, las cuales están rellenadas con arena para que la pieza tenga peso propio y no se tumbe. El diseño se mantiene aunque sean diferentes modelos de calendarios perpetuos. La idea es que tenga una coherencia como línea de calendarios. Mauricio Uldane artesano entelador
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Los tarjeteros para heladera
Hoy los tarjeteros con imanes serán los protagonistas de esta nueva columna del blog. Los Tarjeterelas nacieron para aprovechar las viejas cajas de disco de 5 y ¼ de pulgada. Hablo del siglo 20 donde las primeras computadoras personales usaban como soporte magnético los disco de 5 y ¼. Todavía las PC venían con disqueteras. ¿Se acuerdan? Los que se recuerrden ya tienen unos años encima. Tratando de usar esas viejas cajas que había guardado, y estaban arrumbadas en mi casa, nació una pieza de uso práctico. Agregándoles a las paredes de las cajas un capa de cartón napa de 2 milímetros las hice más reforzadas. De esta forma en el dorso les puse tiras de imanes de goma. Usé unos imanes que tenía de burletes de puertas de heladera. Cuando se me acabaron comencé a comprar la tira de imán de goma. Nada se tira, todo se usa y por consiguiente se transforma. Como molduras usé manijas de bolsas de cartón, esas que nos suelen dar en los comercios de ropa. Esos pedazos de sogas trenzadas me sirvieron para darles un poco de diseño a la pieza. Así nacieron las Tarjeterelas: tarjeteros con imanes. La idea básica era hacer una artesanía práctica y barata. En esos tiempos, hace más de 10 años, venía de armar piezas únicas y estos tarjeteros fueron una bisagra en mis artesanías enteladas. Tuvieron cierto éxito y al poco tiempo se me habían acabado las cajas de los discos de 5 y ¼. Entonces para no perder el mercado y los clientes, en realidad clientas, busqué la forma de copiar el modelo de la caja y armarlas con cartón más grueso. Comencé a usar cartón napa de 3 milímetros y con este material seguí construyendo muchas unidades más. El resultado era el mismo y hasta con mejor rigidez. Hace unos tres años cambié el cartón napa, que elevó mucho su precio, por fibrofácil (MDF) de 3 milímetros. El temor fue que pesara más y los imanes no soportaran el peso. Todo lo contrario el peso era igual o menor al cartón, pero con una rigidez superior. Además no lo afectan los cambios de humedad. En cuanto al armado se ganó en no tener que masillar la pieza, ya que el fibrofácil (MDF) no necesita ser endurecido. En un principio me volvía loco entelado el interior de estos tarjeteros. La práctica me facilitó las cosas. Con el tiempo, y una vez seriado el modelo, hice moldes para las telas que van en la superficie interna y externa de los Tarjeterelas. Todavía hoy se sigue vendiendo, no con el entusiasmo de los primeros años, pero tiene el atractivo de ser una pieza muy práctica. El mejor enganche con el público es que puedo hacerle el tarjetero que combine con los muebles de la cocina. Porque también los hago pintados con acrílico, un poco más caros pero personalizados a gusto del cliente. Una pieza que nació por aprovechar algo que iba a la basura y se convirtió en una pieza práctica y original. Mauricio Uldane artesano entelador La siguiente columna se me ocurrió hace unos días en el baño, perdón por lo prosaico, pero es cierto. Las buenas ideas se me ocurren en ese lugar.
Quiero contarles en sucesivas entregas cómo se gestaron algunas de las artesanías enteladas que integran mi catálogo de piezas. Para empezar con las entregas elegí una pieza que diseñé de cabo a rabo. El aparador de té El Saquelate es un mueblecito desarrollado en su totalidad por mí. El diseño nació un día que caminando por las calles de San Miguel, lugar donde vivo, me topé con un comercio donde exhibían la pieza que me inspiró. Se trataba de un pequeño mueble parecido a los archivos metálicos que suelen encontrarse en las oficinas. Salvo por dos detalles: en la parte superior tenía una especie de repisa y los cajones venían con una medialuna para poder meter el dedo para tirar hacia afuera. Mi mueblecito quedó conformado con una modificación de la repisa superior, la hice al revés y al frente le puse vidrio a cada uno de los tres cajones. También le puse un tirador para poder abrir los cajones. Todo esto lo fui imaginado en mi cabeza y para cuando regresé a mi casa, luego de una hora de caminata, tenía resuelto el diseño de la pieza. Ahora había que llevar ese diseño a un modelo real. Me demandó una semana pensar el diseño de los cajones. Porque la idea era que los saquitos de té quedarán verticales en su interior. Además buscaba que el primer saquito de té fuera visible desde el exterior a través del vidrio del frente. Logré dejar verticales los saquitos de té gracias a unos rieles de madera que conseguí en una librería de San Miguel. En un principio los pegué en el piso de los cajones, pero los saquitos de té se caían. Más tarde cambié a la actual posición. Ahora los rieles se encuentran pegados en los laterales del cajón. Otra tarea que me hizo pensar fue cómo sujetar los vidrios para que pudieran ser reemplazados en caso de rotura. Los mismos rieles, de los saquitos de té, me ayudaron en el problema. El material para armar los Saquelates es fibrofácil (MDF) y sogas para hacer las molduras. Las molduras las puse para que me permitieran hacer más fácil el entelado de la pieza y además esconden los topes de apertura de los cajones. La capacidad es la misma que las caja de té grande que hago. Unos 42 saquitos de té pueden caber perfectamente en su interior. El primer Saquelate, que era pintado con acrílico, lo armé para regárselo a mi madrina y esta pieza me trajo dos nuevas ventas. Así que me di cuenta que el aparador de té gustaba, era útil y además original. Durante el transcurso de este año relancé el producto, que había visto la luz a fines del año 2007. Lo hice por el interés que despertaba en el público concurrente a los encuentros de autos que suelo concurrir. Es un mueble que queda muy bien en una mesada de cocina y ocupa poco espacio. Además tiene un buen diseño, sobrio y elegante. Alguien tenía que decirlo... Ahora saben cómo nacieron los Saquelates. Espero que le gusten estas nuevas entregas que irán apareciendo cada tres semanas. Pueden dejar su cometario acerca de esta nueva columna. En la próxima entrega habrá una nueva pieza con su historia. Mauricio Uldane artesano entelador No es un producto nuevo, pero sí una versión distinta de los portalápices. El Portalapela entelado en jean usando los bolsillos chicos, esos que ponemos las monedas y originalmente eran para poner el reloj de bolsillo.
Básicamente el Portalapela es un cilindro de cartón con una base de fibrofácil (MDF) todo entelado en jean. En la base tiene cuatro patitas de goma para apoyar sin rayar las diferentes superficies. Los dos bolsillos usados para entelar son de diferentes jeans, por eso que los remaches son distintos. Uno de los bolsillos lo usé con parte del bolsillo grande del frente del jean. En cambio el otro no, sólo usé el bolsillo pequeño. El interior del portalápices también está entelado en un jean usado y viejo. A modo de galón usé un hilo de algodón tricolor. La pieza, si bien está numerada, es única porque repetir los mismos bolsillos es difícil. Recuerden que uso jeans viejos y usados. Así que entelo con los pantalones que me regalan. No siempre me traen los mismos tipos de denim. Mauricio Uldane artesano entelador Hace unos días estuvo de visita, en casa, mi amigo Luis Pérez. Él está admirado del trabajo que tiene la cabeza del buzón alcancía que hago.
Cuándo me preguntó cómo estaba armada la cabeza del buzón y le conté el proceso me dijo “¡qué trabajo!”. Si la verdad que es una tarea de cierta complejidad. Además que lleva su tiempo de armado. Es la parte más compleja de todo el buzón por la cantidad de piezas que lleva. Entonces mi amigo Luis me preguntó si no había una forma más simple de hacerla y le respondí que no. Porque debería hacerla totalmente en fibrofácil (MDF) y darle la forma a mano. Para hacer esto necesitaría un torno. El chiste es lograr lo mismo en forma manual. Además pesaría mucho más en la parte superior que en el cuerpo y la base. La cabeza del buzón tiene una parte de fibrofácil (MDF), como base, donde va a apoyar la otra parte hecha en cartón, sogas e hilos. La dureza se la doy con la masilla de carpintero. Por eso les digo que el proceso es largo y de cierta complejidad. Después de seis años y medio de armar buzones alcancías he logrado un estándar de trabajo. Una especie de trabajo seriado sin tener que usar un proceso industrial. Por eso hoy tengo armados 143 buzones desde el año 2003. La idea motriz de mi trabajo es hacer una pieza artesanal de uso cotidiano, pero con calidad y buena terminación. Los buzones alcancías tienen dos manos de acrílico y una de barniz acrílico. En definitiva es una pieza que soportará el manoseo diario. Siempre les digo que los buzones alcancías me han dado, me dan y me darán muchas alegrías y satisfacciones. Mauricio Uldane artesano entelador Azucena confió en mí y me dio una musculosa de ella para que le entele un anotador y un tarjetero. Así obtuvo a un muy buen precio dos piezas enteladas en un mismo tipo de tela. Un juego entelado con un prenda querida.
Es el primer pedido de aquella propuesta de entelar con telas aportadas por los clientes o clientas. En su momento me pareció una idea brillante, pero el transcurso del tiempo no me dio la razón. Ahora Azucena se convierte en la primera persona que acepta la idea de aportar la tela propia. De esta forma hizo de una prenda amada dos objetos entelados de uso diario. Que estarán todos los días en la puerta de su heladera. Así me encargó que le arme un anotador y un tarjetero, ambos con imanes. Las dos piezas están hechas en fibrofácil (MDF) y luego enteladas con la musculosa de Azucena. En la parte posterior, de ambas piezas, se encuentran pegados los imanes que sostienen los objetos a la puerta de la heladera. Digo heladera, pero en realidad se adhieren sobre cualquier superficie metálica. A esta altura les debo una aclaración, por si alguna persona piensa en tener una pieza igual a la de Azucena. Como estos dos objetos no habrá más unidades. No se puede porque la tela la aportó Azucena. Por lo tanto, si bien las piezas están numeradas, son únicas e irrepetibles. Ese es el valor principal de entelar con una tela que proveyó la persona que desea la pieza artesanal. Se logra una pieza única que no se verá en ninguna otra parte. Salvo que se entele con una tela de diseño muy común. El valor afectivo que puede tener una pieza entelada de esta forma es insuperable. Porque la persona que encargó el trabajo tendrá para siempre algo muy querido. Será una manera de recordar esa prenda que tantas alegrías les trajo. Mauricio Uldane artesano entelador Todo empezó a principios de este año. Un socio del Club Clásicos San Miguel tiene un programa de radio sobre automovilismo regional. El programa se llama Pisando a fondo y se emite, los martes de 17 a 18 horas y los jueves de 16 a 17 horas, por radio Sintonía AM1000 de José C. Paz en el conurbano bonaerense.
El conductor del programa es Osvaldo Saucedo y gracias a él mis buzones alcancías son conocidos en la zona de influencia de la radio. Osvaldo hace un concurso mensual en su programa sobre Turismo Carretera del pasado o sobre automovilismo del ayer. El premio es uno de mis buzones alcancías. Los oyentes que acertaron la pregunta van a un sorteo y el ganador o ganadora se alza con el buzón. Así varios se han ganado una de mis piezas. Muchos se sorprenden porque los buzones tienen cerradura. Otros lo consideran un pequeño trofeo y así van apareciendo diferentes valoraciones sobre mis piezas. Para mí todo esto tiene dos caras. Por un lado Osvaldo hace publicidad de mis buzones y mis otras artesanías enteladas, a través de su programa. El otro lado es el agradecimiento de los ganadores y ganadoras hacia mis piezas enteladas. El boca en boca no tiene rival. Siempre es la mejor publicidad que se puede pagar. El agradecimiento a Osvaldo Saucedo es infinito porque logra el cometido de darle un premio a sus oyentes y como añadidura los alegra con una pieza artesanal de calidad. Mauricio Uldane artesano entelador La gente del Bowling Thaler, de la ciudad de Morón, provincia de Buenos Aires, me encargó un buzón amarillo y negro para su local. El buzón lleva los colores que tuvieron los buzones de correo en la Argentina de los años ’70.
En Thaler están haciendo un sorteo de una motocicleta de baja cilindrada, que está expuesta en el local, y los cupones los ponen en el buzón amarillo y negro. El dueño de Thaler me contactó porque estaba cansado de que le preguntaran dónde estaba el buzón para depositar el cupón del sorteo. Se ve que tenía uno de madera o cartón. Dio conmigo por Internet, de algo sirve toda esa tecnología. El buzón está armado con un caño de PVC de 6 pulgadas, eso para el cuerpo. Después en la base y la cabeza tiene fibrofácil (MDF). Además en la cabeza del buzón hay partes de cartón. Las molduras son sogas enteladas y las letras son hilos entelados. En la base tiene pañolenci para no rayar las superficies de apoyo. El buzón Thaler tiene una altura de 45 centímetros, para ver la diferencia le saqué una foto junto a uno de mis buzones alcancías. La parte externa del buzón está entelado con una vieja sábana que luego pinté con acrílico. En tanto el interior está entelado con tela batista al tono. Como se ve hay cosas nuevas y viejas en el armado de este nuevo buzón hecho a medida. El interior del cuerpo tiene refuerzos de fibrofácil (MDF) y la puerta tiene una caja del mismo material para contener la cerradura. En el caso de este buzón no sé que capacidad puede tener. Lo aviso porque para buzón alcancía es grande... muy grande. Mauricio Uldane artesano entelador Las Baulelas llegan como una versión más grande de las Bautelitas. Básicamente son baúles iguales nada más que un poco más altos.
Para presentar estos nuevos baúles, armados en cartón y fibrofácil (MDF), hice una mezcla de telas. Combiné corderoy con jean y jean con medias. Sí, con medias viejas que usé del lado de adentro. Usando la parte más afelpada de la tela tipo toalla. Además les presento un baúl entelado y pintado para despuntar un poco el vicio de pintar. Los interiores de las Baulelas están acolchados y entelados con diferentes tipos de telas. Dos los entelé con viejas camisas. Una me la donó mi cuñado, Marcelo Ramírez, y la otra mi amigo Hugo González. El tercer baúl lo entelé con un viejo pantalón azul de mi hermana, Alejandra Uldane. Como se podrá apreciar nada se desperdicia. Vale aclarar que las telas que usé para los exteriores de los baúles son usadas. Casi todas donaciones de amigas y amigos. Cuando los jeans están viejos los liga Mauricio para sus artesanías. La Baulela marrón está entelada con una vieja remera de tela piqué, que no sé cómo llegó a mis manos. Originalmente la remera era de color amarillo patito. Las molduras pintadas de color oro antiguo están enteladas con un viejo calzoncillo largo, o al menos eso creo. La creatividad está en usar los elementos que nos rodean sin menos preciar los materiales o poner cuestionamientos. Los resultados pueden sorprendernos a nosotros mismos. Mauricio Uldane artesano entelador Le crisis económica que sufrimos los argentinos en 2002 fue el motivo que empezara a entelar con jean. El objetivo era bajar los costos de mis artesanías enteladas. Antes de eso había entelado algunas piezas, pero nada importante.
A partir de ese momento la mayoría de mis artesanías pasaron por el jean. Antes las entelaba y las pintaba con acrílico. Lo sigo haciendo pero por encargo o con mis buzones alcancías. También uso otras telas para entelar, a parte del jean, como corderoy o algodón. Sin embargo las últimas líneas presentadas son sobre la base del jean. Así, Pedazos de jean y Jeanes rotos tienen al jean como principal protagonista. Incluso estas dos líneas comparten que las piezas son casi únicas, por la dificultad de reproducir la misma conjunción de retazos de jean. El denim, jean, es una tela muy amigable para entelar. Me permite corregir errores en el trabajo de entelar. También se puede estirar en un sentido y llegar cuando parece que el pedazo quedó corto. Si bien es una tela dura se amolda bien a las superficies. En algunas partes la adhiero con cola de carpintero y en otras con cemento de contacto. Si la superficie es plana con la cola de carpintero basta. Ahora si hay repliegues más vale usar cemento de contacto para no renegar. La adhesión, con cualquier de los dos pegamentos, es buena porque es una tela porosa y peluda. Difícil para escribir con acrílico encima de ella, pero con maña se puede. Además el denim cuenta con una variedad de calidades y espesores muy amplia. Desde el jean que parecen lona hasta los elastizados o muy finos. Una de las cosas que más disfruto es hacer un collage con retazos de jean. Es una tarea algo complicada pero los resultados son brillantes. He armado piezas con pedazos irregulares y con trozos geométricos. Armado dibujos asimétricos y simétricos. Combinado texturas y colores. El jean da muchas posibilidades de creación, simplemente hay que animarse a usarlo. Les aseguro que, el denim, no los defraudará como aquel presidente argentino que supo gobernarnos y mejor ni nombrar. Mauricio Uldane artesano entelador |
Mauricio UldaneSoy un artesano entelador que vive en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, República Argentina. Me dedico a confeccionar diferentes piezas que van desde un buzón alcancía hasta cajas todo entelado por dentro y por fuera. Con diseños propios y originales. Mis piezas enteladas son numeradas y fechadas. Archivos
Noviembre 2018
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